Testo della legge in lingua spagnola e di seguito traduzione in lingua italiana (traduzione di Antonio Rotelli).
Per leggere il testo della Risoluzione del Ministero della Giustizia spagnolo che ha riconosciuto il diritto a contrarre matrimonio in Spagna alle persone dello stesso sesso anche se non cittadini, purchè residenti, cliccare il seguente link:
Risoluzione – circolare del 29 Luglio 2005, della Direzione Generale dei Registri e del Notariato, sul matrimonio civile tra persone dello stesso sesso.
LEY 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica
el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio.
Sábado 2 julio 2005, BOE núm. 157
JUAN CARLOS I
REY DE ESPAÑA
A todos los que la presente vieren y entendieren.
Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo
vengo en sancionar la siguiente ley.
I
La relación y convivencia de pareja, basada en el
afecto, es expresión genuina de la naturaleza humana y
constituye cauce destacado para el desarrollo de la personalidad,
que nuestra Constitución establece como uno de
los fundamentos del orden político y la paz social. En consonancia
con ello, una manifestación señalada de esta
relación, como es el matrimonio, viene a ser recogida por
la Constitución, en su artículo 32, y considerada, en términos
de nuestra jurisprudencia constitucional, como una
institución jurídica de relevancia social que permite realizar
la vida en común de la pareja.
Esta garantía constitucional del matrimonio tiene
como consecuencia que el legislador no podrá desconocer
la institución, ni dejar de regularla de conformidad
con los valores superiores del ordenamiento jurídico, y
con su carácter de derecho de la persona con base en la
Constitución. Será la ley que desarrolle este derecho, dentro
del margen de opciones abierto por la Constitución, la
que, en cada momento histórico y de acuerdo con sus
valores dominantes, determinará la capacidad exigida
para contraer matrimonio, así como su contenido y régimen
jurídico.
La regulación del matrimonio en el derecho civil contemporáneo
ha reflejado los modelos y valores dominantes
en las sociedades europeas y occidentales. Su origen
radica en el Código Civil francés de 1804, del que innegablemente
trae causa el español de 1889. En este contexto,
el matrimonio se ha configurado como una institución,
pero también como una relación jurídica que tan sólo ha
podido establecerse entre personas de distinto sexo; de
hecho, en tal diferencia de sexo se ha encontrado tradicionalmente
uno de los fundamentos del reconocimiento de
la institución por el derecho del Estado y por el derecho
canónico. Por ello, los códigos de los dos últimos siglos,
reflejando la mentalidad dominante, no precisaban prohibir,
ni siquiera referirse, al matrimonio entre personas del
mismo sexo, pues la relación entre ellas en forma alguna
se consideraba que pudiera dar lugar a una relación jurídica
matrimonial.
Pero tampoco en forma alguna cabe al legislador
ignorar lo evidente: que la sociedad evoluciona en el
modo de conformar y reconocer los diversos modelos de
convivencia, y que, por ello, el legislador puede, incluso
debe, actuar en consecuencia, y evitar toda quiebra entre
el Derecho y los valores de la sociedad cuyas relaciones
ha de regular. En este sentido, no cabe duda de que la
realidad social española de nuestro tiempo deviene
mucho más rica, plural y dinámica que la sociedad en que
surge el Código Civil de 1889. La convivencia como pareja
entre personas del mismo sexo basada en la afectividad
ha sido objeto de reconocimiento y aceptación social creciente,
y ha superado arraigados prejuicios y estigmatizaciones.
Se admite hoy sin dificultad que esta convivencia
en pareja es un medio a través del cual se desarrolla la
personalidad de un amplio número de personas, convivencia
mediante la cual se prestan entre sí apoyo emocional
y económico, sin más trascendencia que la que tiene
lugar en una estricta relación privada, dada su, hasta
ahora, falta de reconocimiento formal por el Derecho.
Esta percepción no sólo se produce en la sociedad
española, sino también en ámbitos más amplios, como se
refleja en la Resolución del Parlamento Europeo, de 8 de
febrero de 1994, en la que expresamente se pide a la
Comisión Europea que presente una propuesta de recomendación
a los efectos de poner fin a la prohibición de
contraer matrimonio a las parejas del mismo sexo, y
garantizarles los plenos derechos y beneficios del matrimonio.
II
La Historia evidencia una larga trayectoria de discriminación
basada en la orientación sexual, discriminación
que el legislador ha decidido remover. El establecimiento
de un marco de realización personal que permita que
aquellos que libremente adoptan una opción sexual y
afectiva por personas de su mismo sexo puedan desarrollar
su personalidad y sus derechos en condiciones de
igualdad se ha convertido en exigencia de los ciudadanos
de nuestro tiempo, una exigencia a la que esta ley trata de
dar respuesta.
Ciertamente, la Constitución, al encomendar al legislador
la configuración normativa del matrimonio, no
excluye en forma alguna una regulación que delimite las
relaciones de pareja de una forma diferente a la que
haya existido hasta el momento, regulación que dé
cabida a las nuevas formas de relación afectiva. Pero,
además, la opción reflejada en esta ley tiene unos fundamentos
constitucionales que deben ser tenidos en
cuenta por el legislador. Así, la promoción de la igualdad
efectiva de los ciudadanos en el libre desarrollo de su
personalidad (artículos 9.2 y 10.1 de la Constitución), la
preservación de la libertad en lo que a las formas de convivencia
se refiere (artículo 1.1 de la Constitución) y la
instauración de un marco de igualdad real en el disfrute
de los derechos sin discriminación alguna por razón de
sexo, opinión o cualquier otra condición personal o social (artículo 14 de la Constitución) son valores consagrados
constitucionalmente cuya plasmación debe reflejarse en
la regulación de las normas que delimitan el estatus del
ciudadano, en una sociedad libre, pluralista y abierta.
Desde esta perspectiva amplia, la regulación del
matrimonio que ahora se instaura trata de dar satisfacción
a una realidad palpable, cuyos cambios ha asumido
la sociedad española con la contribución de los colectivos
que han venido defendiendo la plena equiparación en
derechos para todos con independencia de su orientación
sexual, realidad que requiere un marco que determine los
derechos y obligaciones de todos cuantos formalizan sus
relaciones de pareja.
En el contexto señalado, la ley permite que el matrimonio
sea celebrado entre personas del mismo o distinto
sexo, con plenitud e igualdad de derechos y obligaciones
cualquiera que sea su composición. En
consecuencia, los efectos del matrimonio, que se mantienen
en su integridad respetando la configuración
objetiva de la institución, serán únicos en todos los
ámbitos con independencia del sexo de los contrayentes;
entre otros, tanto los referidos a derechos y prestaciones
sociales como la posibilidad de ser parte en procedimientos
de adopción.
Asimismo, se ha procedido a una imprescindible
adaptación terminológica de los distintos artículos del
Código Civil que se refieren o traen causa del matrimonio,
así como de una serie de normas del mismo Código que
contienen referencias explícitas al sexo de sus integrantes.
En primer lugar, las referencias al marido y a la mujer
se han sustituido por la mención a los cónyuges o a los
consortes. En virtud de la nueva redacción del artículo 44
del Código Civil, la acepción jurídica de cónyuge o de
consorte será la de persona casada con otra, con independencia
de que ambas sean del mismo o de distinto
sexo.
Subsiste no obstante la referencia al binomio formado
por el marido y la mujer en los artículos 116, 117 y 118 del
Código, dado que los supuestos de hecho a que se refieren
estos artículos sólo pueden producirse en el caso de
matrimonios heterosexuales.
Por otra parte, y como resultado de la disposición adicional
primera de la presente ley, todas las referencias al
matrimonio que se contienen en nuestro ordenamiento
jurídico han de entenderse aplicables tanto al matrimonio
de dos personas del mismo sexo como al integrado por
dos personas de distinto sexo.
Artículo único. Modificación del Código Civil en materia
de derecho a contraer matrimonio.
El Código Civil se modifica en los siguientes términos:
Uno. Se añade un segundo párrafo al artículo 44,
con la siguiente redacción:
«El matrimonio tendrá los mismos requisitos y
efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo
o de diferente sexo.»
Dos. El artículo 66 queda redactado en los siguientes
términos:
«Artículo 66.
Los cónyuges son iguales en derechos y deberes.»
Tres. El artículo 67 queda redactado en los siguientes
términos:
«Artículo 67.
Los cónyuges deben respetarse y ayudarse
mutuamente y actuar en interés de la familia.»
Cuatro. El primer párrafo del artículo 154 queda
redactado en los siguientes términos:
«Los hijos no emancipados están bajo la potestad
de sus progenitores.»
Cinco. El primer párrafo del artículo 160 queda
redactado en los siguientes términos:
«Los progenitores, aunque no ejerzan la patria
potestad, tienen el derecho de relacionarse con sus
hijos menores, excepto con los adoptados por otro o
conforme a lo dispuesto en resolución judicial.»
Seis. El párrafo 2.º del artículo 164 queda redactado
en los siguientes términos:
«2.º Los adquiridos por sucesión en que uno o
ambos de los que ejerzan la patria potestad hubieran
sido justamente desheredados o no hubieran
podido heredar por causa de indignidad, que serán
administrados por la persona designada por el causante
y, en su defecto y sucesivamente, por el otro
progenitor o por un administrador judicial especialmente
nombrado.»
Siete. El apartado 4 del artículo 175 queda redactado
en los siguientes términos:
«4. Nadie puede ser adoptado por más de una
persona, salvo que la adopción se realice conjunta o
sucesivamente por ambos cónyuges. El matrimonio
celebrado con posterioridad a la adopción permite
al cónyuge la adopción de los hijos de su consorte.
En caso de muerte del adoptante, o cuando el adoptante
sufra la exclusión prevista en el artículo 179, es
posible una nueva adopción del adoptado.»
Ocho. El apartado 2 del artículo 178 queda redactado
en los siguientes términos:
«2. Por excepción subsistirán los vínculos jurídicos
con la familia del progenitor que, según el
caso, corresponda:
1.º Cuando el adoptado sea hijo del cónyuge
del adoptante, aunque el consorte hubiere fallecido.
2.º Cuando sólo uno de los progenitores haya
sido legalmente determinado, siempre que tal efecto
hubiere sido solicitado por el adoptante, el adoptado
mayor de doce años y el progenitor cuyo vínculo
haya de persistir.»
Nueve. El párrafo segundo del artículo 637 queda
redactado en los siguientes términos:
«Se exceptúan de esta disposición las donaciones
hechas conjuntamente a ambos cónyuges, entre
los cuales tendrá lugar aquel derecho, si el donante
no hubiese dispuesto lo contrario.»
Diez. El artículo 1.323 queda redactado en los siguientes
términos:
«Artículo 1.323.
Los cónyuges podrán transmitirse por cualquier
título bienes y derechos y celebrar entre sí toda clase
de contratos.»
Once. El artículo 1.344 queda redactado en los siguientes
términos:
«Artículo 1.344.
Mediante la sociedad de gananciales se hacen
comunes para los cónyuges las ganancias o beneficios
obtenidos indistintamente por cualquiera de
ellos, que les serán atribuidos por mitad al disolverse
aquella.»
Doce. El artículo 1.348 queda redactado en los siguientes
términos:
«Artículo 1.348.
Siempre que pertenezca privativamente a uno
de los cónyuges una cantidad o crédito pagadero en
cierto número de años, no serán gananciales las
sumas que se cobren en los plazos vencidos durante
el matrimonio, sino que se estimarán capital de uno
u otro cónyuge, según a quien pertenezca el crédito.
»
Trece. El artículo 1.351 queda redactado en los siguientes
términos:
«Artículo 1.351.
Las ganancias obtenidas por cualquiera de los
cónyuges en el juego o las procedentes de otras
causas que eximan de la restitución pertenecerán a
la sociedad de gananciales.»
Catorce. El artículo 1.361 queda redactado en los siguientes
términos:
«Artículo 1.361.
Se presumen gananciales los bienes existentes
en el matrimonio mientras no se pruebe que pertenecen
privativamente a uno de los dos cónyuges.»
Quince. El párrafo 2.º del artículo 1.365 queda redactado
en los siguientes términos:
«2.º En el ejercicio ordinario de la profesión,
arte u oficio o en la administración ordinaria de los
propios bienes. Si uno de los cónyuges fuera comerciante,
se estará a lo dispuesto en el Código de
Comercio.»
Dieciséis. El artículo 1.404 queda redactado en los
siguientes términos:
«Artículo 1.404.
Hechas las deducciones en el caudal inventariado
que prefijan los artículos anteriores, el remanente
constituirá el haber de la sociedad de gananciales,
que se dividirá por mitad entre los cónyuges
o sus respectivos herederos.»
Diecisiete. El artículo 1.458 queda redactado en los
siguientes términos:
«Artículo 1.458.
Los cónyuges podrán venderse bienes recíprocamente.
»
Disposición adicional primera. Aplicación en el ordenamiento.
Las disposiciones legales y reglamentarias que contengan
alguna referencia al matrimonio se entenderán
aplicables con independencia del sexo de sus integrantes.
Disposición adicional segunda. Modificación de la Ley
de 8 de junio de 1957, sobre el Registro Civil.
Uno. El artículo 46 queda redactado en los siguientes
términos:
«Artículo 46.
La adopción, las modificaciones judiciales de
capacidad, las declaraciones de concurso, ausencia
o fallecimiento, los hechos relativos a la nacionalidad
o vecindad y, en general, los demás inscribibles
para los que no se establece especialmente que la
inscripción se haga en otra Sección del Registro, se
inscribirán al margen de la correspondiente inscripción
de nacimiento.
Cuantos hechos afectan a la patria potestad,
salvo la muerte de los progenitores, se inscribirán al
margen de la inscripción de nacimiento de los
hijos.»
Dos. El artículo 48 queda redactado en los siguientes
términos:
«Artículo 48.
La filiación paterna o materna constará en la inscripción
de nacimiento a su margen, por referencia
a la inscripción de matrimonio de los padres o por
inscripción del reconocimiento.»
Tres. El artículo 53 queda redactado en los siguientes
términos:
«Artículo 53.
Las personas son designadas por su nombre y
apellidos, correspondientes a ambos progenitores,
que la Ley ampara frente a todos.»
Disposición final primera. Título competencial.
Esta ley se dicta al amparo de la competencia exclusiva
del Estado en materia de legislación civil reconocida
por el artículo 149.1.8.ª de la Constitución española sin
perjuicio de la conservación, modificación y desarrollo
por las Comunidades Autónomas de los derechos civiles,
forales o especiales, allí donde existan y de las normas
aprobadas por éstas en desarrollo de sus competencias
en Derecho Civil.
Disposición final segunda. Entrada en vigor.
La presente ley entrará en vigor el día siguiente al de
su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
Por tanto,
Mando a todos los españoles, particulares y autoridades,
que guarden y hagan guardar esta ley.
Valencia, 1 de julio de 2005.
JUAN CARLOS R.
El Presidente del Gobierno,
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO
Legge n. 13 del 1 luglio 2005, con la quale si modifica il Codice civile in materia di diritto a contrarre matrimonio
Gazzetta Ufficiale del 2 luglio 2005
Preambolo
I
La relazione e convivenza di coppia, basata sull’affetto, è espressione genuina della natura umana e costituisce una alveo rilevante per lo sviluppo della personalità, che la nostra Costituzione stabilisce come uno dei fondamenti dell’ordine politico e la pace sociale. D’accordo con ciò, un’importante manifestazione di questa relazione, qual è il matrimonio, è contenuta nella Costituzione all’art. 32 ed (è) considerata, nelle parole della nostra giurisprudenza costituzionale, come una istituzione giuridica di rilevanza sociale che permette di realizzare la vita in comune della coppia.
Questa garanzia costituzionale del matrimonio ha come conseguenza che il legislatore non possa disconoscere l’istituzione, né mancare di regolarla in conformità con i valori superiori dell’ordinamento giuridico, e secondo il suo carattere di diritto della persona fondato nella Costituzione. Sarà la legge a sviluppare questo diritto, all’interno del ventaglio di possibilità lasciato aperto dalla Costituzione, che, in ciascun momento storico e in rapporto ai suoi valori dominanti, determinerà la capacità richiesta per contrarre il matrimonio, così come il suo contenuto e regime giuridico.
La regolazione del matrimonio nel diritto civile contemporaneo ha riflesso i modelli e i valori dominanti nelle società europee e occidentali. La sua origine si radica nel Codice Civile francese del 1804, dal quale innegabilmente trae origine quello spagnolo del 1889. In questo contesto, il matrimonio si è configurato come una istituzione, ma anche come una relazione giuridica che solamente ha potuto stabilirsi tra persone di diverso sesso; di fatto, in tal differenza di sesso si è individuato tradizionalmente uno dei fondamenti del riconoscimento della istituzione da parte del diritto dello Stato e del diritto canonico. Per questo, i codici degli ultimi due secoli, rispecchiando la mentalità dominante, non proibivano né facevano riferimento al matrimonio tra persone dello stesso sesso, giacchè la relazione tra persone dello stesso sesso in alcun modo si considerava che potesse dar luogo a una relazione giuridica matrimoniale.
Però il legislatore non può neppure ignorare l’evidenza: che la società si evolve in modo da dar forma e riconoscere i diversi modelli di convivenza, e che, per questo, il legislatore può e addirittura deve agire di conseguenza e evitare una rottura completa tra il Diritto e i valori della società, le cui relazioni deve regolare. In questo senso, non c’è dubbio che la realtà sociale spagnola del nostro tempo è molto più ricca, plurale e dinamica della società nella quale è nato il codice civile del 1889. La convivenza come coppia tra persone dello stesso sesso basata sull’affetto è stata oggetto di riconoscimento e accettazione sociale cresciente, e ha superato pregiudizi e stigmatizzazioni radicate. Oggi si ammette senza difficoltà che questa convivenza di coppia sia uno strumento attraverso il quale si sviluppa la personalità di un gran numero di persone, che convivendo si prestano reciprocamente appoggio emozionale e economico, senza (darle) maggiore rilevanza che a una relazione strettamente privata, data la mancanza fino ad oggi di riconoscimento da parte del Diritto.
Tale percezione non è avvertita solo nella società spagnola, ma anche in ambiti più estesi, come rispecchia la Risoluzione del Parlamento Europeo, del 8 febbraio 1994, nella quale espressamente si chiede alla Commissione Europea che presenti una proposta di raccomandazione al fine di far cessare la proibizione a contrarre matrimonio alle coppie dello stesso sesso, e garantirgli tutti i diritti e benefici del matrimonio.
II
La storia evidenzia una lunga traiettoria di discriminazione basata sull’orientamento sessuale, discriminazione che il legislatore ha deciso di rimuovere. L’individuazione di un ambito di realizzazione personale, che permetta a quelli che liberamente fanno una scelta (adoptan una opciòn) sessuale e affettiva per persone del loro stesso sesso di poter sviluppare la propria personalità e i propri diritti in condizioni di uguaglianza, si è trasformata in una esigenza dei cittadini del nostro tempo, una esigenza alla quale questa legge cerca di dare risposta.
Certamente la Costituzione, nell’affidare al legislatore la configurazione normativa del matrimonio, non esclude in nessun modo una regolazione che ricomprenda le relazioni di coppia che hanno forma differente da quella che è esistita fino a questo momento, una regolazione che faccia posto alle nuove forme di relazione affettiva. Per di più, la scelta rispecchiata in questa legge ha dei fondamenti costituzionali che devono essere tenuti in conto dal legislatore. Così, la promozione della uguaglianza effettiva dei cittadini nel libero sviluppo della propria personalità (articoli 9, comma 2 e 10, comma 1 della Costituzione), la salvaguardia della libertà nella scelta delle forme di convivenza (articolo 1, comma 1 della Costituzione) e la instaurazione di un cornice di uguaglianza reale nel godimento dei diritti senza discriminazione alcuna a causa del sesso, opinione o qualsiasi altra condizione personale o sociale (articolo 14 della Costituzione) sono valori consacrati costituzionalmente, la cui modellazione deve rispecchiarsi nelle norme che delimitano lo status del cittadino, in una società libera, pluralista e aperta.
Da questa prospettiva amplia, la regolazione del matrimonio che ora si sancisce, cerca di soddisfare una realtà palpabile, le cui modificazioni la società spagnola ha assorbito con il contributo dei collettivi che hanno difeso la piena equiparazione di diritti per tutti, indipendentemente dal proprio orientamento sessuale, realtà che richiede una cornice che stabilisca i diritti e le obbligazioni di tutti coloro che formalizzano la propria relazione di coppia.
Nel contesto indicato, la legge permette che il matrimonio sia celebrato tra persone dello stesso o differente sesso, con pienezza e uguaglianza di diritti e obbligazioni, qualunque sia la sua composizione. Conseguentemente, gli effetti del matrimonio, che rimangono nella loro interezza rispettando la configurazione obiettiva della istituzione, saranno unici in tutti gli ambiti indipendentemente dal sesso dei contraenti; tra gli altri, sia quelli relativi a diritti e prestazioni sociali, sia la possibilità di essere parte nei procedimenti di adozione.
Allo stesso modo, si è proceduto a un imprescindibile adattamento terminologico dei vari articoli del Codice civile che si riferiscono o si basano sul matrimonio, così come di una serie di norme dello stesso Codice che contengono riferimenti espliciti al sesso dei contraenti.
In primo luogo, i riferimenti al marito e alla moglie sono stati sostituiti dalla menzione ai coniugi o ai consorti. In virtù della nuova redazione dell’articolo 44 del Codice Civile, la accezione civile di coniuge o di consorte sarà quella di persona sposata con altra, indipendentemente dal fatto che entrambi siano dello stesso o di differente sesso.
Rimane, tuttavia, il riferimento al binomio formato dal marito e dalla moglie negli articoli 116, 117 e 118 del Codice, dato che le fattispecie alle quali si riferiscono questi articoli solo possono ricorrere nel caso di matrimoni eterosessuali.
Dall’altra parte, e come risultato della disposizione addizionale prima della presente legge, tutti i riferimenti al matrimonio che sono contenuti nel nostro ordinamento giuridico devono intendersi applicabili tanto al matrimonio di due persone dello stesso sesso, quanto a quello contratto da due persone di sesso differente.
Articolo unico. Modificazione del Codice Civile in materia di diritto a contrarre matrimonio.
Il Codice Civile viene modificato nei seguenti termini:
Uno. È aggiunto un secondo comma all’articolo 44, con la seguente redazione:
«Il matrimonio avrà gli stessi requisiti e effetti quando entrambi i contraenti siano dello stesso o differente sesso.»
Due. L’articolo 66 viene formulato nei seguenti termini:
«Articolo 66.
I coniugi hanno gli stessi diritti e gli stessi doveri.»
Tre. L’articolo 67 viene formulato nei seguenti termini:
«Articolo 67.
I coniugi devono rispettarsi e aiutarsi reciprocamente e agire nell’interesse della famiglia.»
Quattro. Il primo comma dell’articolo 154 viene formulato nei seguenti termini:
«I figli minori sono sotto la potestà dei propri genitori.»
Cinque. Il primo comma dell’articolo 160 viene formulato nei seguenti termini:
«I genitori, nonostante non esercitino la patria potestà, hanno il diritto di relazionarsi con i propri figli minori, eccetto con quelli adottatti dall’altro o in conformità a quanto disposto da un provvedimento giudiziale.»
Sei. Il comma 2 dell’articolo 164 viene formulato nei seguenti termini:
«2°. I beni acquistati per successione quando uno o entrambi gli esercenti la patria potestà siano stati giustamente diseredati o non abbiano potuto ereditare per indegnità, che saranno amministrati dalla persona designata dal dante causa e, in caso di mancata indicazione e successivamente, dall’altro genitore o da un amministratore giudiziario nominato specificamente.»
Sette. Il paragrafo 4 dell’articolo 175 viene formulato nei seguenti termini:
«4. Nessuni può essere adottato da più di una persona, salvo che l’adozione avvenga congiuntamente o successivamente da entrambi i coniugi. Il matrimonio celebrato successivamente all’adozione permette al coniuge l’adozione dei figli del conosorte. In caso di morte dell’adottante, o quando l’adottante incorra nell’esclusione prevista dall’art. 179, è possibile una nuova adozione dell’adottato.»
Otto. Il comma 2 dell’articolo 178 viene formulato nei seguenti termini:
«2. In via straordinaria continueranno ad esistere i vincoli giuridici con la famiglia del genitore naturale:
1.° Quando l’adottato sia figlio del coniuge dell’adottante, anche se il consorte fosse morto.
2.° Quando solo uno dei genitori naturali sia stato legalmente determinato, sempre che tale riconoscimento sia stato richiesto dall’adottante, dall’adottato maggiore di 12 anni e dal genitore naturale il cui vincolo deve persistere.»
Nove. Il comma secondo dell’articolo 637 viene formulato nei seguenti termini:
«Fanno eccezione a questa disposizione le donazioni fatte congiuntamente a entrambi i coniugi, tra i quali ci sarà quel diritto (ndt. di accrescimento), se il donante non abbia disposto in maniera diversa.»
Dieci. L’articolo 1323 viene formulato nei seguenti termini:
«Articolo 1323.
I coniugi potranno trasferirsi a qualsiasi titolo beni e diritti e celebrare tra di loro qualsiasi contratto.»
Undici. L’articolo 1344 viene formulato nei seguenti termini:
«Articolo 1344.
Con la comunione dei beni divengono comuni tra i coniugi gli accrescimenti o i introiti ottenuti da ciascuno di essi, che gli saranno attribuiti per la metà nel caso di suo scioglimento.»
Dodici. L’articolo 1348 viene formulato nei seguenti termini:
«Articolo 1348.
Sempre che sia proprietà personale di uno dei coniugi una quantità o credito da pagarsi in un certo numero di anni, non ricadranno nella comunione le rate scadute durante il matrimonio, ma si considereranno capitale di uno o dell’atro coniuge, a seconda di chi sia colui al quale appartenga il credito.»
Tredici: L’articolo 1351 viene formulato nie seguenti termini:
«Articolo 1351.
I profitti ottenuti da uno dei coniugi con il gioco o quelli provenienti da altra causa che non comportino restituzione appartengono alla comunione.»
Quattordici: L’articolo 1361 viene formulato nei seguenti termini:
«Articolo 1361.
Si presumono in comunione i beni esistenti in costanza di matrimonio se non si provi che appartengono personalmente a uno dei due coniugi.»
Quindici. Il comma 2.° dell’articolo 1365 viene formulato nei seguenti termini:
«Nell’esercizio ordinario della professione, arte o ufficio o nella amministrazione ordinaria dei propri beni. Se uno dei coniugi sia commerciante si applicheranno le norme del Codice commerciale.»
Sedici. L’articolo 1404 viene formulato nei seguenti termini:
«Articolo 1404:
Fatte le deduzioni nel patrimonio inventariato che fissano gli articoli precedenti, il rimanente costituirà l’avere della comunione, che verrà diviso per metà tra i coniugi o i propri rispettivi eredi.»
Diciasette. L’articolo 1458 viene redatto nella seguente forma:
«Articolo 1458.
I coniugi possono vendersi beni reciprocamente.»
Prima disposione addizionale. Applicazione nell’ordinamento.
Le disposizioni legali e regolamentarie che contengano qualsiasi riferimento al matrimonio si intenderanno applicabili indipendentemente dal sesso dei suoi contraenti.
Seconda disposizione addizionale. Modificazione della Legge del 8 giugno 1957, che regola il Registro Civile.
Uno. L’articolo 46 viene modificato nel seguente modo:
«Articolo 46.
L’adozione, le modificazioni giudiziali della capacità, le dichiarazioni di concorso, assenza o morte, le questioni relative alla cittadinanza o residenza e, in generale, tutto ciò che può iscriversi relativamente ad essi e che non viene stabilito specificamente che vengano iscritti in un’altra Sezione del Registro, verranno iscritte a margine della corrispondente iscrizione di nascita.
I fatti che attengono alla patria potestà, salvo la morte dei genitori, sarà riportata a margine dell’iscrizione di nascita dei figli.»
Due. L’articolo 48 viene modificato nel seguente modo:
«Articolo 48.
La paternità o la maternità si iscrive a margine della registrazione della nascita, facendo riferimento alla iscrizione del matrimonio dei genitori o all’iscrizione del riconoscimento.»
Tre. L’articolo 53 viene redatto nella seguente forma:
«Articolo 53.
Le persone sono chiamate con il nome e il cognome di entrambi i genitori, che la Legge protegge di fronte a tutti.»
Prima disposizione finale. Titolo di competenza.
Questa legge si promulga in virtù della competenza esclusiva dello Stato in materia di legislazione civile riconosciuta dall’articolo 149.18 della Costituzione spagnola senza pregiudizio per la conservazione, modificazione e sviluppo da parte delle Comunità Autonome dei diritti civili, forali o speciali, laddove esistano e per le norme da loro approvate nell’esercizio delle proprie competenze in Diritto Civile.
Seconda disposizione finale. Entrata in vigore.
La presente legge entrerà in vigore il giorno seguente a quello della sua pubblicazione nel «Bollettino Ufficiale dello Stato».
Per tanto,
faccio ordine a tutti gli spagnoli, cittadini e autorità pubbliche, che rispettino e facciano rispettare questa legge.
Valencia, 1 luglio 2005.
JUAN CARLOS R.
Il Presidente del Governo,
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO